lunes, 1 de noviembre de 2010


UN DOLOR QUE ES PURA ESPERANZA
 

Murió Néstor Kirchner. Se leía en las pantallas de los televisores, imposible creerlo. El Secretario General de UNASUR dejaba de existir en su tierra natal, la lejana Santa Cruz. El hombre que había llegado a conducir la unidad y fortalecimiento de Latinoamérica nos dejaba en orfandad, tal como dijo Evo Morales.
Inmediatamente los presidentes Correa, Chávez, Lula, Piñeira, Santos, Mujica y Lugo suspendieron sus actividades para arribar a Buenos Aires. Este reconocimiento a nivel internacional nos mostraba una de las facetas más importantes de lo que Néstor Kirchner representó para la Argentina: reconstruyó la grandeza de la Nación.
Mientras tanto, en las calles aledañas a Plaza de Mayo miles de compatriotas se amontonaban, en una organización espontánea, tal y como son las que nacen del pueblo manifestando su amor. El multitudinario reconocimiento a quien luchó y literalmente entregó su vida por una causa nos mostraba la otra faceta de su importancia: abrir el camino para una verdadera felicidad del pueblo.
Grandeza de la Nación y Felicidad del Pueblo son dos ejes que atraviesan todas las decisiones políticas y medidas de gestión de los peronistas. Ejemplos sobran: entierro del ALCA en 2005 en la cara de Bush y fin del ajuste propuesto por el FMI; Asignación Universal por Hijo, Jubilaciones para todos nuestros abuelos, nacionalización de la Fábrica de Aviones.  
En estos días al listar los logros políticos de Néstor, hasta nosotros los que soportábamos ser llamados “kirchneristas bobos”, que para la política es hacer algo sin pedir nada a cambio, digo hasta nosotros sentimos que nos faltaba tener una dimensión cabal de lo que el pingüino fue y será para la Argentina y por sobre todo para su pueblo porque los derechos adquiridos a través de la participación popular y el renacer de la política como buena palabra, no podrán ya impugnarse o “ajustarse” sin la consecuente resistencia popular.
El Salón de los Patriotas Latinoamericanos fue el lugar adecuado para su despedida, allí hicieron de guardia inmortal, entre otros, Perón, Evita, Artigas, el Che, Simón Bolivar, Tupaj Katari, Solano López, el Obispo Romero y San Martín.  
Cada argentino que pasaba por ese lugar, jóvenes y ancianos de todas las clases sociales, prometían ser custodias y constructores de esta nueva Argentina, en la que peronismo y kirchnerismo son sinónimos. Kirchnerismo es el renacer de los ideales peronistas en la Argentina del año 2000.
En Córdoba esta realidad tampoco puede negarse por eso nosotros desde Peronismo Militante creemos que es posible la construcción de un proyecto que tenga como eje la industrialización, en que la producción, el trabajo y la distribución del ingreso sean una realidad como lo fueron en la época del Brigadier San Martín. El tiempo es hoy, Cristina Fernández, con su dolor y su grandeza, continuará conduciendo los destinos del país y estamos los que llevaremos Córdoba hacia un proyecto peronista ó kirchnerista, que al fin y al cabo es la misma historia: dignidad para el pueblo trabajador y grandeza de nuestra provincia cimentada en sus instituciones democráticas.
Nuestros corazones son réplicas ardientes del Salón de los Patriotas Latinoamericanos. La muerte del ex presidente es un dolor y es pura esperanza. Néstor Kirchner ha dejado la semilla de un árbol mediterráneo que dará sus frutos frente a las ramas secas de los especuladores y estafadores de la política.
 
 Juan Domingo Viola
Peronismo Militante – Megafón 
Córdoba

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